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Dirigidos por Silvia Sanz Torre interpretarán la cantata Juan de Damasco de Taneyev y la Patética, sexta y última sinfonía de Chaikovski
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Sábado 12 de marzo a las 22:30 en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música
El tercer concierto de abono de la temporada del Grupo Concertante Talía (GCT) estará dedicado a dos compositores rusos: uno de ellos muy conocido, P. I. Chaikovski; y otro muy poco presente en las programaciones de conciertos, S. Taneyev, cuya música nos sorprenderá por su expresividad y belleza. Ambos fueron “Maestro y discípulo”, términos que dan título al concierto que tendrá lugar el sábado 12 de marzo a las 22:30 h en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música. La Orquesta Metropolitana de Madrid dirigida por Silvia Sanz interpretará en primer lugar, junto al Coro Talía, la cantata San Juan de Damasco de Taneyev y, a continuación, la última sinfonía de Chaikovski, la Sinfonía nº 6 “Patética”. Será el concierto más apasionado y conmovedor de la temporada en la que el GCT celebra su XX aniversario. Las entradas cuestan de 10 a 25 euros.
Patética y apasionada
Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) dirigió el estreno de su Sinfonía nº 6 en si menor, Op. 74 “Patética” el 28 de octubre de 1893 en San Petersburgo, nueve días antes de su muerte. Fue la última obra que estrenó, su sinfonía más sincera y su testamento musical. Apasionada y melancólica, algunos la han definido como su propio réquiem. El sobrenombre de “Patética” fue sugerido por su hermano Modest Chaikovski, pero no en el sentido de una sinfonía trágica o fúnebre sino en el sentido de una música conmovedora, emocional. El músico dijo de ella: “La amo como no he amado nunca a ninguna de mis composiciones… No exagero, toda mi alma está en esta sinfonía”. Y con su alma, esta innovadora sinfonía que termina en un adagio lamentoso, es fiel reflejo del espíritu atormentado de Chaikovski. La primera interpretación obtuvo un frío recibimiento del público, no así cuando se interpretó por segunda vez, 21 días después de su fallecimiento.
Juan de Damasco: un réquiem ruso
Precederá a la “Patética”, la música de Serguei Taneyev (1856-1915), discípulo de Chaikovski y después su amigo y fiel consejero. Merece la pena conocer la obra de este compositor amante de la filosofía y las matemáticas, especialmente la cantata San Juan de Damasco o Juan Damasceno, sobre versos del poeta y dramaturgo Alekséi K. Tolstoi (1817-1875). Tanto el escritor como el músico se sintieron fascinados por la figura de Juan de Damasco, erudito sirio y uno de los doctores de la Iglesia, que vivió entre los siglos VII y VIII. A. Tolstoi escribió un extenso poema en doce capítulos sobre la vida y obra de este teólogo, poeta y escritor. Taneyev extrajo los versos del octavo capítulo para su cantata. Debido a su profunda espiritualidad y a la reflexión sobre el amor que sobrevive a la muerte, se conoce a esta obra como “Un réquiem ruso” (en referencia a Un réquiem alemán de Brahms), pero nada tiene que ver con un oficio de difuntos. Taneyev tomó como punto de partida un antiguo canto ortodoxo que adaptó a su lenguaje musical y que le sirvió para dar unidad a la obra. La cantata consta de tres movimientos que van progresivamente del más lento al más rápido y el allegro final incluye una fuga que es uno de los puntos culminantes de esta obra caracterizada también espíritu poético y gran expresividad.
Maestro y discípulo
Tal como explicó recientemente a la revista Ritmo Silvia Sanz Torre, después de conciertos tan diferentes como «Noche de brujas» y «Singing Europe», el tercer concierdo de abono nos lleva a mundos diferentes: «Ahora toca introspección, sentimientos, melancolía, todo lo que plasmó Chaikovski en su última sinfonía, reflejo de su personalidad apasionada y de sus luchas internas. Es un concierto muy esperado que tanto la orquesta como yo afrontamos con mucha emoción». Sobre la cantata Juan Damasceno ha señalado: «Estoy segura de que el público se va a sorprender ante la belleza, expresividad y poesía de esta cantata». La obra nos habla del amor que sobrevive a la muerte, así que la muerte está presente, al igual que en la última sinfonía de Chaikovski, que muchos interpretaron como una premonición.
Las entradas, de 10 a 25 € según zonas y con opción de descuentos para jóvenes y desempleados, pueden comprarse en las taquillas del Auditorio Nacional y de la red de teatro del INAEM, en www.entradasinaem.es y en www.grupotalia.org.
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