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Día 1 – 6/10/2014

Silvia Sanz Addis Dia 1

 

Con los ritmos latinos todavía resonando en mi cabeza después del concierto del pasado sábado en el Auditorio Nacional, amanezco envuelta de sonidos africanos. Addis Abeba despierta, y la aventura en Etiopíacomienza de nuevo. Son las ocho de la mañana (las siete en España) y el trayecto en coche hasta el hotel transcurre entre un ir y venir de gentes, taxis y minibuses, que muestran la vitalidad de la capital y su afán por caminar hacia el futuro. Es mi tercera visita a Addis, y los cambios se evidencian ante mis ojos: nuevos edificios visten las calles, a los que se accede por grandes avenidas de reciente construcción, mientras el tranvía que comunicará los extremos este y oeste de la ciudad es ya casi una realidad. Evolución y crecimiento que muestra que el paso de los años nunca es en vano, y me hace sentir que el trabajo duro siempre es grato. El primer concierto etio-español en 2012 fue un reto; el de 2013, al saber que los alumnos y profesores miembros de la Yared School of Music Orchestra habían estado ensayando el año entero esperando mi llegada, me enseñó que a veces simplemente hace falta ofrecer a alguien una oportunidad para que ésta sea aprovechada; 2014 está lleno de expectativas,con nuevas piezas para los músicos y una pequeña sorpresa que llegará de España este próximo miércoles… No hay tiempo que perder, me tomo diez minutos para saborear una taza del delicioso café etíope y me sumerjo en las partituras que me acompañarán los próximos días.

 

 

Día 2 – 7/10/2014Silvia Sanz en las calles de Addis Abeba (Etiopía)

Después de un primer día de aclimatación, hoy nos ponemos manos a la obra con los ensayos. He quedado a las 10.30 en la Yared School of Music para reunirme con los músicos de la orquesta y planificar los ensayos del resto de la semana. La salida del hotel un poco accidentada: un coche se ha cruzado en nuestro camino y no pudimos evitar el choque lateral (afortunadamente solo daños en las carrocerías y todos los ocupantes de los dos coches estamos perfectamente). Después en la escuela, mañana de reencuentros emotivos, me reciben con alegría y calidez, identifico nuevas caras, músicos del primer año que se animan a participar en esta tercera edición después de haberse tomado un descanso el año pasado. Me siento cercana a ellos, les conozco y me conocen, se ha creado un vínculo especial que hace que cada año me esperen deseosos de embarcarse de nuevo en la aventura de los sonidos de nuestras músicas etio-españolas.

Tenemos algunas dificultades en lo relativo a los horarios, dado que la disponibilidad de muchos de ellos es limitada, así que en lugar de practicar durante todo el día como se venía haciendo los años anteriores, nos vemos obligados a programar los ensayos por las tardes, a partir de las 17h, con la necesidad de contratar transporte para que los músicos puedan llegar a sus casas al término de los ensayos. Addis Abeba es una ciudad muy poblada, alrededor de 4 millones de habitantes, y es muy extensa, por lo que muchos de los músicos viven lejos de la escuela y realizan trayectos de mínimo una hora y media cada día para ir desde su casa hasta la Yared School y viceversa, y aunque la distancia física no es tan grande, las largas colas para acceder al transporte público (los famosos minibuses pintados de blanco y azul que pastan en manada por las calles de la capital) y los atascos que se forman, hace que el trayecto sea interminable.

 

Después de asistir al almuerzo de trabajo en la residencia del Embajador de España en Addis Abeba, vuelvo a la escuela para seguir con el primer día de ensayos. Las primeras impresiones son buenas. han preparado las partituras antes de mi llegada, me sorprende muy gratamente su interés por la cultura española, su concentración en los ensayos, su ilusión por seguir haciendo música a pesar de las dificultades así como la evolución de alguno de los músicos más jóvenes, pero viejos conocidos de estos tres años.

Silvia Sanz dirigiendo a la Yared School Orchestra

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Día 3 – 8/10/2014

Ambiente de las calles de Addis Abeba

Me gusta tanto la vida que se respira en las calles de Addis, el trasiego que no estrés de la ciudad.

Niños yendo al colegio en Addis Abeba

Gente por la calle, mucha gente, infinidad de coches, demasiado tráfico para cualquiera. Yo solo veo colores, vida, sonrisas de niños saliendo del colegio, luz; no me molestan los ruidos de claxon, el caos de los cruces, los peatones apareciendo de la nada en medio de la “carretera”. La sensación de desorden inicial que pondría los pelos de punta a cualquiera, se termina convirtiendo en algo organizado donde todos se respetan para, en un momento dado, dejar pasar.

Ya es mi tercera vez en aquí y no dejan de llamarme la atención los uniformes de los colegios: cada uno tiene un color y al mediodía la ciudad se convierte en un mosaico de rosas, verdes, granates, azules, morados. Sí, sí rosas incluso los niños con su pantalón y camisa exactamente iguales. Caminan la mayoría en parejas y muchos no deben tener más de 5 ó 6 años y no van acompañados de adultos, ya son independientes, ya están lanzados a la vorágine de la vida y sonríen, no paran de sonreír.

 

 Mi cansancio antes del ensayo de la tarde se vuelve humo después de ver tanta felicidad con tan poco.De nuevo en la escuela, me siento unos minutos a escribir estas líneas mientras van ocupando sus puestos flautas, trompetas, violines y comienzan a estudiar de forma individual y sin levantar la vista podría estar en cualquier lugar del mundo, en cualquier sala de ensayos de cualquier país. Siempre es igual: se preparan, calientan, afinan, se saludan antes de empezar a compartir su pasión, porque la música y tocar en una orquesta es pasión. Una pasión que para estos hombres y mujeres de la Yared School necesita aderezarse con esperanza y con futuro.

Y vuelvo a esos niños sonrientes y a todos los niños sonrientes de tantos lugares y pido para ellos la oportunidad de conocer el maravilloso mundo de las notas, los ritmos, los instrumentos, la MÚSICA. Mi día termina hoy conociendo a una de esas niñas sonrientes (Buruktawit)a la que sus padres brindaron la oportunidad de tener un violín entre las manos entre las manos y que el próximo lunes y con sólo 10 años tocará por primera vez de solista bajo mi batuta en el Teatro Nacional del país que la vio nacer.  

 

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Día 4 – 9/10/2014

Presentación del Conicerto Etio-espanol en Addis Abeba

Acaba el 4º día en Addis y parece que llevo aquí toda la vida. Hoy ha sido un día muy cansado, no solo por los ensayos y el trabajo musical, sino también por el trabajo extra que envuelve a la organización previa y control de infinidad de detalles que rodean un concierto.

Es algo que hago normalmente, algo a lo que estoy más que acostumbrada y que merecería unos cuantos blogs para explicar, pero lo que normalmente sería empujar un camión de juguete para sacar un proyecto adelante, aquí se convierte en tirar de una camión de 6 toneladas al que van llenando de piedras cuando empieza a moverse para que pese más.

Hoy los ensayos funcionaron muy bien: Bruky (Buruktawit) vino por la mañana para hacer

el concierto de violín de Bach con la sección de cuerda de la Yared y nos bastó con media hora para dejar claro tempo, matices, balance de la orquesta, ataques de los arcos, etc. Con esta niña la música fluye, un Bach de los que a mí me vuelven loca, relajado y elegante. Y hay conexión y cuando eso pasa sobran las palabras y hablan los sonidos.

Bruky, Silvia y miembros de la Yared School Orchestra

 

La tarde la hemos dedicado a ensayar con algunos miembros del viento y la percusión, con un trabajo concienzudo de afinación, ataques, entradas, compenetración, empaste y un trabajo extra de motivación, consejos, ánimos, trucos y tantas cosas que se quedan en el tintero por falta de tiempo. Para ellos todo este extra musical es incluso más importante para su futuro como músicos y para la continuidad del grupo que lo estrictamente académico.

El concierto desde hoy ya es más que oficial, pues se ha realizado una presentación del mismo en el Hotel Radisson Blue, uno de los patrocinadores y el lugar donde tengo la suerte de alojarme durante mi estancia en Addis. Una velada preciosa con música en directo gracias a un cuarteto de miembros de la Yared School, con comida española (tortilla de patata, gazpacho, empanada, sangría) y con invitados especiales, la mayoría de ellos de la comunidad española en el país. 

Tantas emociones, información, querer captarlo todo no me dejan descansar bien desde que llegué. Espero que hoy gracias al milagroso Aulín mi cabeza se descomprima y pueda dormir para mañana volver a la carga.

                                           Silvia Sanz dirige Yared School Orchestra por tercer año consecutivo

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Día 5 – 10/10/2014

Amanece con lluvia y frío, parece el preludio de mi primera cita del día: vista al Teatro Nacional, donde se celebrará el concierto el próximo lunes para cerrar detalles y tenerlo todo controlado con antelación. Bueno “necesitamos tarimas para el viento, luces blancas, telón trasero negro, ¡NO, NO, con dibujos y paisajes no, sólo negro sencillo!… Muy bien, ¿seguro que para el lunes está todo controlado?” Nos fiaremos “Y también una tarima para la directora”…. “Pero ¿están locos? esta tarima es en forma triangular” para que se me entienda perfectamente como un quesito en porciones. Pienso que sería muy original convertirme en la primera directora de orquesta que se sube encima de una tarima-quesito. El problema es en qué sentido colocamos el Minibuses Addis Abeba quesito: con la parte estrecha apuntando a la orquesta, al público o a los cellos y además con lo que yo me muevo ¿cómo voy a poner los pies uno delante de otro para que quepan? Está bien, comienzan las tensas negociaciones en torno a una tarima cuadrada. Empezamos por pedir que me construyan una de madera: imposible, no hay, no puede ser, no tenemos. “Ok si tú no la buscas lo hago yo” y me dirijo a la parte trasera del teatro, a los camerinos, a toda la zona donde están los decorados y de repente detrás de mí aparece el responsable del teatro: “está bien cómo la quieres”. No cantéis victoria el lunes me veo encima del quesito, aunque antes agotaremos el plan B de tarima rectangular de 3 metros por 1 (aquí bailo hasta un vals).En este país hay millones de situaciones surrealistas y es mejor tomarlas con naturalidad y recordarlas como algo divertido porque de lo contrario uno acaba con úlcera de estómago en una semana.

 De camino al ensayo vuelta a sorprenderme con el ambiente, con el tráfico, con los niños, con la capacidad para hacer castillos encima de un minibús y hoy por fin me enteré del origen de un curioso sonido por algunas calles, un tono de móvil como una llamada perdida. Pues no, es el sonido de las básculas que usan los etíopes para comprobar su peso en la misma calle. Lo mejor del día, aparte del ensayo, que hoy ha cundido muchísimo, ha sido ver en un cartel inmenso un anuncio de mi querido Madrid, porque a pesar de la belleza de miles de ciudades, el encanto y embrujo de otras, siempre mantendré que “DE MADRID AL CIELO”. Y qué curioso… después de ver el cartel, salió el sol.  

Madrid en Addis Abeba

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Día 6 – 11/10/2014

Buenas noches desde la cafetería del hotel. Aquí hay una mesa que ya tiene mi nombre. Paso casi tanto tiempo sentada con mi ordenador como el que duran los ensayos.

Silvia Sanz y Buruktawit en la televisión grabadas por la televisión etíopeAyer contaba las cosas surrealistas de Etiopía, pero hay situaciones en que creo que me están grabando con una cámara oculta o que alguien me está gastando algún tipo de broma. El caso de hoy se ha producido a mi llegada a la Escuela para el ensayo, un chico con apariencia de europeo se me acerca pidiendo permiso para asistir al ensayo; está haciendo turismo y ha ido a visitar la escuela porque toca el violín y se ha enterado que se va a celebrar un concierto el próximo lunes. Yo no pongo ningún impedimento, pero sus intenciones no son asistir al ensayo como mero espectador sino que quiere tocar y pretende que le deje tocar en el concierto. Me he tenido que morder la lengua para no mandarle a paseo y en mi diplomacia le intento explicar que esto es un proyecto y un convenio de la Embajada de España y la Yared, por lo que si no es alumno de la escuela y no ha ensayado no puede tocar;y encima se ofende y dice que si no le he oído tocar cómo puedo negarme y que el problema es que es blanco y por eso no le dejo. Mis ojos eran de plato sopero aunque he intentado mantener la calma porque inmediatamente detrás ya me esperaba un equipo de la televisión etíope para hacerme una entrevista. ¡Una entrevista para televisión de más de media hora! En la que hasta he tenido que cantar, escuchar como el locutor me cantaba una canción etíope sobre una “chica hermosa” (esta vez los ojos han sido sólo de plato de postre), hablar sobre comida, pero sobre todo de lo que podemos mejorar el mundo a través de la música, de lo maravilloso de las relaciones entre las personas de distintos países, razas, costumbres tocando en orquestas y que todo lo que rodea la cultura también influye en la resurrección de la economía de un país.Silvia Sanz en una larga entrevista para la televisión etíope

 

Y como sigo en la cafetería ¡qué mejor que un café etíope para terminar el día!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Día 7 – 12/10/2014Baquetas rotas de Yared School

Feliz Día de la Hispanidad. Es el segundo año que celebro el “Spanish National Day” fuera de casa representando a mi país con un concierto de música clásica. Todo está ya preparado y ensayado, sólo queda concentración para el momento del concierto y que no olviden todo lo que hemos trabajado durante esta semana.

Es realmente difícil trabajar con estos músicos y esta orquesta y no precisamente porque no tengan interés y ganas, sino porque no están habituados a ensayos largos, concentración extrema durante los mismos y lo más importante la falta de material. Lo que más llama la atención es el escaso material musical y en los casos en que existe, la falta de medios para cuidarlo. La mayoría de los músicos no tienen instrumento propio, son propiedad de la Escuela y no tienen permiso para sacarlo y poder practicar en casa. El comienzo de los ensayos es un constante trasvase de una llave para abrir un aula donde se encuentran los instrumentos, inventariados con un número escrito con rotulador en el propio instrumento (una barbaridad para los que creemos que el instrumento además de algo extremadamente delicado es parte de uno mismo). Los más afortunados (más bien los más antiguos pues la jerarquía depende de la edad y no del nivel) tienen el mismo instrumento todos los días; el resto depende de lo que quede disponible en ese momento. Tocar en orquesta no es afinar las notas y que el ritmo sea el que está escrito, es algo mucho más complicado que no se aprende en una semana y cuando yo me marche nadie cogerá la batuta ni físicamente ni en sentido figurado. No hay un “líder” que les lleve, al cual el resto respeten, porque hay muchas trabas que no dependen de la música, hay muchos hábitos adquiridos que son demasiado complicados de erradicar y ahora tampoco hablo del plano musical (la puntualidad en los horarios, la disciplina y concentración en lo que se está haciendo, el sentimiento de grupo). Hoy sonó un teléfono en medio del ensayo y lejos de apagarlo, el músico saco su teléfono, contestó, se levantó y salió. Por supuesto que me he enfadado, pero dejando a un lado la falta de respeto hacia mí, lo que más me preocupa es la falta de respeto que tienen hacia su propio trabajo. Nunca conseguirán que nadie respete lo que hacen y el tiempo que dedican a ello, si ellos mismos no son capaces de trasmitir que en el momento de un ensayo nada es más importante, ni siquiera una llamada de teléfono.

Violoncello con número de identifiación Yared School Orchestra

A pesar de los problemas que hayan podido surgir estoy realmente contenta con el trabajo realizado por ellos y por mí, feliz de saber que la música sigue uniendo personas, que una sola mirada comunica todo. Mañana en el concierto fotografiaré todos esos ojos que me miran diciendo tanto sin hablar aunque lamentablemente esas fotografías quedarán solo para mi.

También mañana escribiré mi blog desde el avión, pues inmediatamente después del concierto (espero tener tiempo para cambiarme de ropa) salgo para el aeropuerto con destino a Madrid, sin ni siquiera disfrutar del éxito que seguro nos espera en el Teatro Nacional de Addis Abeba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Día 8 – 13/10/2014

Silvia Sanz en la embajada de Addis Abeba antes del concierto de Octubre 2014Vaya día más completo. Empieza la mañana con la celebración del Día de la Hispanidad en la Embajada Española (ya sé que fue el día 12, pero los domingos no son buen día para organizar eventos) y coincide con que también es el día de la bandera en Etiopía por lo que el tráfico es completamente terrible. Salgo del hotel a las 10 de la mañana con todo preparado para el resto del día y para mi viaje de vuelta a España. Un día maravilloso de sol y temperatura perfecta para el evento de la mañana que se realiza al aire libre: la orquesta bajo mi batuta interpreta los himnos etíope y español antes del discurso del Embajador en tres idiomas: amárico, inglés y español. Tengo que reconocer que me emociona escuchar nuestro himno cuando estoy fuera y en este caso tocado por etíopes y parecerá una tontería pero los colores de la bandera son más brillantes aquí.

Muchos conocidos de otros años, otros “nuevos” ansiosos de escuchar el concierto que se celebra a la tarde, y la responsabilidad extrema que me acompaña en cada una de mis actuaciones se empieza a multiplicar: tenemos que estar mejor que el año pasado, estoy representando a España y su música, el público etíope es poco experto en conciertos, muchos medios convocados (televisión, radio, prensa), muchos diplomáticos extranjeros que saben las complicaciones de un evento como éste, otros que quizá vengan a comprobar si los españoles somos capaces de algo tan complicado… y vaya si lo somos.

Tariam triangular Silvia Sanz preparada para dirigir en Addis AbebaEl ensayo previo al concierto ya no me asusta (ya voy preparada para cualquier cosa): no hay tarimas preparadas, no están las sillas, el telón trasero no se ha colocado donde lo pedí el pasado viernes, pero eso sí, mi querida tarima quesito está esperando mi llegada. Todo debía estar para las 15:00 y sonOrquesta de Addis Abeba y Silvia Sanz 2014 las 16:30 y aquí no hay nadie, ni orquesta, ni auxiliares, ni eléctricos, solo Sandra y yo, que como buenas españolas y mujeres empezamos a poner las pilas a cualquiera que pisa el escenario, sea del teatro o no. Cuando empiezan a llegar los miembros de la orquesta son ellos los que toman las riendas (por fin asumen que ellos también son parte activa de la organización previa; esto me llena de orgullo y satisfacción). A partir de este momento todo es una carrera contrarreloj: ensayo, entrevista con televisión, fotos, concierto, más fotos, más entrevistas, felicitaciones, despedidas y rauda y veloz hacia el aeropuerto sin tiempo a que la adrenalina vuelva a sus niveles normales. Una noche complicada con mucho frío en el avión y entre sueños sin saber muy bien dónde estoy, de dónde vengo y qué me espera cuando amanezca.

El concierto fue un verdadero éxito, el público etíope entregado con sus músicos y conmigo, nadie se quería marchar, Bruky, radiante de rojo, imagino que habrá dormido poco con tanta emoción. Los músicos felices, orgullosos de mostrar delante de un Teatro abarrotado con más de mil personas que la música une sentimientos, comunica y crea unos lazos infinitos entre personas totalmente distintas, pero que son una sola cuando hacen música juntos. Me sigo quedando con sus ojos, muchos de los cuales se llenaron de lágrimas al despedirse de mí. Gracias a todo esto mi corazón es ahora más grande y un pedacito de él está en Addis para siempre.

Y mi respuesta a la pregunta que todos tienen ahora mismo en su boca: dirigí en una tarima cuadrada de 1 por 1. Mi tarima quesito espera para una próxima ocasión.

Concierto en Addis Abeba

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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